Envíos a Todo el País

Una historia de amor que se escribe en el momento, entre dos mujeres separadas por 400 km. Lo que comenzó con sexo, un encuentro casual que se volvió full apasionado, se despliega en un relato sobre el deseo, la entrega fragmentaria y la inscripción en el cuerpo de una en la otra. En Bailamos, como en la poesía del amor contemporáneo, nada se sabe cómo termina… Pero ojalá que el final sea con muchos viajes: astrales, en bondi y en bicicleta.

 

fragmento

El sexo es ese mundo donde todo está permitido; hasta lo más morboso que imaginemos. Quién soy para juzgar la excitación ajena. No se puede deducir los gustos sexuales de nadie, la gente es impredecible. Cómo es cada quien en el sexo no lo vemos, no lo podemos saber, porque no tiene que ver con la ropa ni la apariencia, con el físico o el carácter, con la vocación, o con la intensidad de su voz. 40 Hay gente que se excita con un oso de peluche.

 

Quién soy para pedir que me metan dos pijas a la vez, una de mi actual y otra de mi ex. Pásame chocolate por el clítoris. Quiere que la ates. Y le gusta que la pajeen con guantes, que le toquen la pija con algodón.

 

Chupámela con un chicle en la boca. Le gustan los juguetes. En la mesada. En la calle. Con video porno. En el auto. En 4. Contra un árbol. Mami y papi. Usa 41 lencería erótica. Rompeme la bombacha. Chupámela con calzones. Dejame las medias. Me agacho, me arrodillo, te suplico y te la chupo desde el piso. Le excitan las sábanas. Solo en la cama. Colchón al piso. El cuerpo bien baboseado. O abajo de la ducha. Con ropa. Disfrazadas. Les gusta en el cine. Le hace la paja abajo de la mesa. Mira cómo se masturba. Gritando. En secreto, Calladitas. Comiendo. Con música. Con animé. 42 Con las almohadas. En frente del espejo. De a 3. De a 4. De a 5. Grabándose. Fumando. Que me quemen. Ebrias. Refregándose la baranda del balcón, saludando al vecino. Dejala, me gusta con la tele prendida. Miro a la gente sobre calle Corrientes y no puedo imaginar qué las excita. Cómo les gusta. Mi imaginación no galopa más.

Bailamos Narrativa - Mecha Botta

$6.000,00
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Una historia de amor que se escribe en el momento, entre dos mujeres separadas por 400 km. Lo que comenzó con sexo, un encuentro casual que se volvió full apasionado, se despliega en un relato sobre el deseo, la entrega fragmentaria y la inscripción en el cuerpo de una en la otra. En Bailamos, como en la poesía del amor contemporáneo, nada se sabe cómo termina… Pero ojalá que el final sea con muchos viajes: astrales, en bondi y en bicicleta.

 

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El sexo es ese mundo donde todo está permitido; hasta lo más morboso que imaginemos. Quién soy para juzgar la excitación ajena. No se puede deducir los gustos sexuales de nadie, la gente es impredecible. Cómo es cada quien en el sexo no lo vemos, no lo podemos saber, porque no tiene que ver con la ropa ni la apariencia, con el físico o el carácter, con la vocación, o con la intensidad de su voz. 40 Hay gente que se excita con un oso de peluche.

 

Quién soy para pedir que me metan dos pijas a la vez, una de mi actual y otra de mi ex. Pásame chocolate por el clítoris. Quiere que la ates. Y le gusta que la pajeen con guantes, que le toquen la pija con algodón.

 

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